Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Sociedad Americana de Salud Pública (APHA), la leche humana es el único alimento que necesitan los bebés sanos nacidos a término durante sus primeros seis meses de vida. La composición de la leche humana cambia en respuesta a una variedad de estímulos, de modo que cada madre provee una leche que cumple con las necesidades específicas de su bebé. La leche humana otorga inmunidad durante todo el tiempo que dura la lactancia y muchos de sus beneficios para la salud continúan durante la infancia y se extienden más allá de ella.
Ofrecer a tu bebé alimentos complementarios antes de que esté listo suele ser desordenado e ineficiente, ya que naturalmente empujará con la lengua la comida fuera de su boca, debido a que todavía no ha perdido el reflejo de extrusión. Si se espera a que esté listo, el bebé se convierte en un participante activo de la hora de comer, en lugar de ser un destinatario pasivo del alimento ofrecido. Esto lo pone al mando de la situación y le permite controlar cuánto come, aprendiendo importantes señales de plenitud, saciedad o similar. Iniciar la alimentación sólida antes de que el bebé esté listo no lo hará dormir mejor por la noche, tampoco es necesario hacerlo cuando los bebés llegan a cierta cantidad de kilos , y en principio, no aporta calorías extra.
Algunos signos de que el bebé está listo
- El bebé tiene alrededor de seis meses.
- El bebé puede sentarse, sin ayuda.
- El bebé ha perdido el reflejo de extrusión, lo que significa que no saca de la boca la comida que se le ha ofrecido, empujándola con la lengua.
- El bebé puede tomar cosas entre los dedos y el pulgar.
Cómo comenzar con los sólidos
Amamanta a tu bebé antes de ofrecerle otros alimentos. Tu leche continúa siendo el alimento más importante en la dieta de tu bebé hasta su primer cumpleaños. Además, es más probable que muestre interés por nuevos alimentos si no está tan hambriento. A esta edad, la comida es funcional a la experimentación, el juego y la diversión. Recuerda ofrecer el pecho nuevamente después de la “comida” sólida.
Algunos bebés prefieren sentarse en una silla alta, mientras que otros prefieren estar sentados sobre el regazo. Los bebés van a ensuciar, por lo que quizás desees poner algún plástico o tela debajo de la silla para facilitar la limpieza.
Ofrece los alimentos cuando tu bebé esté de humor para aprender. Esto puede ser durante un momento tranquilo, o bien en una reunión social cuando el resto de la familia también esté comiendo.
Ofrece pequeñas cantidades de comida. Tu bebé está aprendiendo a comer y disfrutar de nuevas texturas, en lugar de tener una comida abundante. Aumenta gradualmente la cantidad y la frecuencia de la comida ofrecida, para satisfacer el apetito e interés de tu bebé.
Si a tu bebé parece no gustarle un alimento nuevo, ofrécelo en otro momento. Puede tomarle un tiempo aprender a disfrutar de un nuevo sabor.
Muchos bebés prefieren comer con las manos a ser alimentados con cuchara. Las primeras comidas son para divertirse y experimentar ¡La limpieza no importa! Al igual que con tu leche, permite al bebé controlar la cantidad de comida que ingiere, y que se detenga cuando haya terminado. Ofrecerle “alimentos para tomar con los dedos” permite que tu bebé lo haga.
Nunca dejes a tu bebé o niño pequeño solo con la comida, pues podría ahogarse. Nunca ofrezcas a tu bebé alimentos duros y pequeños como el maní o las palomitas de maíz. Los alimentos que tienen forma circular como la zanahoria o las uvas deben ser rebanados y cortados a la mitad o en cuartos.
Ofrece de a un alimento por vez y espera alrededor de una semana antes de introducir algo nuevo. De esta forma, si hay algo que no le cae bien sabrás con exactitud de qué alimento se trata. Algunos signos de posibles reacciones alérgicas incluyen rash cutáneo, rinitis o paspaduras en las nalgas. Si observas la aparición de cualquiera de estos signos, espera una semana y vuelve a ofrecer el alimento. Si se repite la reacción, espera hasta el año de vida y ofréceselo nuevamente .
En caso de historia de alergias a algún alimento en la familia, consulta con tu médico o alergista para que te aconseje cuando comenzar a ofrecer comida que pueda causar alergias, dado que las recomendaciones pueden diferir de las de aquellos bebés sin historia de alergias. Estas comidas incluyen cítricos (naranjas, limones y pomelo), kiwi, fresa o frutilla, maní y manteca de maní, huevos, productos derivados de la soja (incluyendo leche de soja y tofu) y productos derivados de la leche de vaca (incluyendo quesos, yogurt y helado).
Primeras comidas para bebés
Frutas
A la gran mayoría de los bebés les encanta la fruta. Asegúrate de que estén maduras y lávalas bien antes de pelarlas. Algunas de las opciones preferidas por los niños son:
- Plátanos (bananas) cortados en rodajas que luego se han cortado a la mitad o en cuartos.
- Puré de manzana sin endulzar o pequeños trocitos de manzana cocidos y blandos.
- Ciruela, melocotón (duraznos), peras y albaricoques (damascos), apenas cocidos si es necesario.
- Palta, cortada en pequeños daditos.
Vegetales
Los vegetales frescos se deben lavar, pelar y cocinar hasta que estén blandos. Es conveniente tener a mano vegetales congelados. Evita las variedades enlatadas ya que contienen sal agregada. Tu bebé disfrutará de:
- Camote hervido y cortado en pequeños pedacitos.
- Puré de papa.
- Zanahorias, porotos verdes, arvejas y zapallo.
Carnes y pescados
Los bebés con frecuencia prefieren pollo bien cocido, dado que suele ser blando y fácil de comer triturado. Presta atención en sacar hasta el más pequeño de los huesos cuando sirvas pescado.
Frijoles y legumbres
Remueve la piel de los frijoles ya que ésta suele ser difícil de digerir. Si utilizas alguna variedad enlatada asegúrate de que no estén condimentados.
Granos y cereales
Los cereales comerciales fortificados con hierro suelen ser una de las primeras comidas que se les ofrecen a los bebés que no toman pecho, debido a que necesitan una dosis extra de dicho mineral. Con los bebés amamantados esto no sucede, de hecho rara vez son anémicos, ya que el hierro de la leche humana es asimilado muy eficientemente. Si tienes dudas respecto de los niveles de hierro de tu bebé consulta con tu médico quien le podrá realizar una determinación con un test muy sencillo.
Los cereales, panes y galletas integrales son los más nutritivos. Es mejor esperar hasta pasado el año para ofrecer productos derivados del trigo. Si vas a ofrecer cereales asegúrate de que tengan un solo ingrediente y mézclalos con agua o con tu propia leche. Hay muchas madres que prefieren dejar que su bebé mastique un bagel o la punta dura del pan en lugar de las galletas endulzadas que suelen usarse para aliviar los síntomas de la aparición de las piezas dentarias.
Preparar la comida para tu bebé te permitirá ahorrar dinero y te asegurarás, además, que le estás dando la comida más fresca del mercado.
Los bebés menores de un año no deben comer miel ni jarabe de maíz ya que tienen riesgo de contraer botulismo.
Referencias
La Academia Americana de Pediatría:
http://pediatrics.aappublications.org/content/129/3/e827
“Los pediatras y los padres deberían estar al tanto de que la lactancia materna exclusiva es suficiente para sostener el óptimo desarrollo y crecimiento de un bebé durante sus primeros 6 meses de vida y que, además, provee una protección continua contra diarreas e infecciones respiratorias. La lactancia debería continuar al menos durante el primer año de vida y luego extenderse todo el tiempo que el bebé y su madre lo deseen.
Los alimentos complementarios ricos en hierro se deberían introducir de manera gradual a partir de los 6 meses de edad. Los bebés prematuros, los nacidos con bajo peso y los bebés con desórdenes hematológicos o con reservas inadecuadas de hierro al momento del parto generalmente requieren suplementos antes de los 6 meses de vida. El hierro se puede administrar al mismo tiempo que se continúa con la lactancia exclusiva.
Hay casos de necesidades o conductas alimenticias específicas que pueden requerir la introducción de alimentación complementaria de forma temprana, alrededor de los 4 meses de edad, mientras que hay otros bebés que pueden no estar listos para aceptar comida hasta los 8 meses de edad aproximadamente.
La introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses de edad por lo general no aumenta la ingesta calórica ni acelera la tasa de crecimiento, lo único que hace es sustituir tomas de pecho por comidas que carecen de las propiedades protectoras de la leche humana.
Durante los primeros 6 meses de edad, incluso en climas muy calurosos, los bebés amamantados no deben ingerir ni jugos ni agua. Esto, incluso, puede ser una fuente de contaminantes o alérgenos.
Una lactancia de larga duración confiere beneficios significativos para la salud y desarrollo del bebé y su mamá, especialmente al retrasar el regreso de la fertilidad (promoviendo entonces un intervalo óptimo entre dos nacimientos).
No hay un límite máximo para la duración de la lactancia y no existe evidencia de daño psicológico o madurativo en amamantar hasta el 3er año de vida o más.
Los bebés destetados antes de los 12 meses de vida no deberían recibir leche de vaca, sino leche de fórmula fortificada con hierro
Traducido por:
Mercedes Pascual
Revisado por:
Silvina Belluccini, LLL Argentina
Alejandra Elena, LLL Argentina
Marcela Jurquiza, LLL Argentina
Viviana Lorenzo, LLL Argentina
Amaranta Avendaño, LLL Argentina